Los preparadores físicos nos enfrentamos a un gran reto: mantener el estado de forma de nuestros deportistas en los tiempos del COVID-19.
Debido al confinamiento nuestros deportistas llevan semanas en sus casas, lejos de sus compañeros, de los gimnasios, de los campos de entrenamiento y, sobre todo, sin poder competir. Los preparadores físicos estamos haciendo un gran esfuerzo para ser capaces de mantener su estado de forma en la medida de lo posible, ya que, en la mayoría de los casos, no disponemos ni del material ni del espacio necesario para entrenar.
La relación entre estado de forma y lesión es evidente, aunque las lesiones pueden ser producidas por muchos otros factores como la predisposición estructural, la falta de rango de movimiento o el estilo de vida, entre otros.
El estado de forma de un deportista dependerá de dos variables: la carga crónica y la carga aguda.
La carga crónica podríamos definirla como el ciclo de entrenamiento que realizó el deportista entre las últimas 3 y 6 semanas. Un deportista que entrenó todos los días durante las últimas 6 semanas podríamos decir que tiene una carga crónica elevada.
En cambio, el entrenamiento que un deportista realiza en la última semana equivale a lo fatigado que está, es decir, si el deportista ha entrenado mucho esa semana puede ser que esté cansado y con sensación de pesadez. De lo contrario, si ha bajado la carga de entrenamiento lo normal es que esté sin fatiga sintiéndose en plena forma. A esto lo llamamos la carga aguda.
La relación entre estas dos variables es determinante: nos permite conocer en qué estado de forma está el deportista y qué probabilidades tiene de lesionarse.
Utilizamos esta correlación como el cuentarrevoluciones de un coche: si me paso de revoluciones puedo quemar el motor, pero si tengo un buen motor puedo apretarlo un poco más para que dé lo mejor de sí.
Hulin y Gabbet (2016) observaron que las cargas crónicas pueden tener influencias positivas o negativas en el riesgo de lesión. Jugadores que tiene una baja carga crónica sometidos a una alta carga aguda tienen una gran probabilidad de lesionarse. En cambio, jugadores con altas cargas crónicas y una carga aguda más baja se encontrarán en un buen momento de forma y con un riesgo bajo de lesión. Gabbet (2014) señala que altas cargas crónicas de entrenamiento tienen efectos protectores en los deportistas, por lo que un buen ciclo de entrenamiento es el mejor entrenamiento preventivo.
La variación de cargas entre semanas también es importante; Gabbett (2010) señala que “para minimizar el riesgo de lesiones, los practicantes deben limitar el aumento semanal de la carga de entrenamiento a <10%”, por lo que variar las cargas entre semanas será lo aconsejado. Piggott y Cols (2009) demostraron que el 40% de las lesiones se asociaron con un cambio rápido (> 10%) en la carga de entrenamiento con respecto a la semana anterior.
Así, combinar un buen ciclo de entrenamiento con la variación de cargas entre semana es el mejor entrenamiento preventivo.
A nuestros jugadores le pedimos que durante este confinamiento no estén parados y que cumplan sus planes de entrenamiento.
Necesitamos que los deportistas nos echen una mano para no tener que empezar a construir el edificio de cinco plantas desde el sótano, sino desde un segundo piso. De esta forma podremos realizar una progresión de la carga desde un nivel idóneo para ser capaces de tolerar las cargas de entrenamiento sin lesionarse, consiguiendo llegar al inicio de la competición en plena forma.
Bibliografía:
- Gabbett TJ. The training-injury prevention paradox: should athletes be training smarter and harder? Br J Sports Med. 2016 Jan 12. pii: bjsports-2015-095788. doi: 10.1136/bjsports- 2015-095788.
- Gabbett TJ. The development and application of an injury prediction model for noncontact, soft-tissue injuries in elite collision sport athletes. J Strength Cond Res 2010;24:2593–603.
- -Hulin BT, Gabbett TJ, Blanch P, et al. Spikes in acute workload are associated with increased injury risk in elite cricket fast bowlers. Br J Sports Med 2014;48:708–12.
- Hulin BT, Gabbett TJ, Lawson DW, et al. The acute:chronic workload ratio predicts injury: high chronic workload May decrease injury risk in elite rugby league players. Br J Sports Med 2016;50:231–6.
- Wind J, Gabbett TJ. How do training and competition workloads relate to injury? The workload-injury aetiology model. 2017. dx.doi.org/10.1136/bjsports-2016-096040.
- Piggott B, Newton MJ, McGuigan MR. The relationship between training load and incidence of injury and illness over a pre-season at an Australian Football League club. J Aust Strength Cond 2009;17:4–17.
Recurso gráfico: Foto «Work Harder» de Jordan Whitfield en Unsplash.